4.30.2010

Elogio del amor inconcluso.



Así como las personas que mueren en la plenitud nos ahorran el recuerdo de su vejez, los amores interrupidos abruptamente siguen siguen viviendo en nuestro corazón no como brasas agonizantes, sino como horrorosas llamas que queman cada noche.




No hay mejor amor que el que nunca ha sido. Los romances que alcanzan a completarse conducen inevitablemente al desengaño, al encono o a la paciencia;
los amores incompletos
son siempre capullo, son siempre pasión.



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